DETECTIVES PRIVADOS LIMPIAN LAS CALLES DE…
¿De delincuentes?¿De carteristas?… No exactamente. Se trata de algo muy particular. Desde la perspectiva que nos permite una larga dedicación a la profesión de detective privado en Avilés, no dejan de sorprendernos casos como éste. De él supimos hace un par de meses.
Misión de vigilancia
En esta ocasión el encargo profesional realizado por el Ayuntamiento salmantino de Carbajosa de la Sagrada a un equipo de detectives privados el pasado mes de junio, resultó un tanto peculiar. Se trataba de evitar la proliferación de heces caninas en la vía pública, mediante la oportuna vigilancia a los dueños de perros atribuida detectives profesionales. La misión de estos compañeros de la investigación privada sería velar por el cumplimiento de la ordenanza municipal y asegurarse de que los propietarios de las mascotas recojan sus deposiciones (las de las mascotas, huelga decir). Y en caso contrario, poner los hechos en conocimiento de la autoridad competente.
Una intervención profesional controvertida
El operativo fue puesto en marcha a principios de este verano en la localidad salmantina, no exento de controversias. Para algunos vecinos, recurrir a detectives privados para estos cometidos supone reconocer al inoperancia de la Policía Local. O un medio demasiado drástico que puede ser sustituido por las oportunas campañas de concienciación. Para otros, genera una sensación incómoda, ajena a la tranquilidad que se presupone inherente a una pequeña localidad como ésta. Argumentan que ya no se podrá salir a pasear sin sentirse permanentemente vigilados, bajo el ojo atento del Gran Hermano, para lo bueno y para lo malo.
Objetivo: la concienciación y la disuasión
Sin embargo, desde el consistorio argumentan que se trata, más que de una labor coercitiva, de un medio de concienciación, dirigido a los dueños de las mascotas. La presencia de detectives privados en las calles y espacios públicos actuaría como elemento disuasorio de conductas incívicas. Y evitaríala presencia de las desagradables cacas de perro en esos sitios, perjudicial para la convivencia entre los vecinos. A día de hoy, sin embargo, desconocemos si esos objetivos se han cumplido.
Los detectives carecen de competencia sancionadora
Como no puede ser de otra manera, no corresponde a los detectives tramitar ni cursar las denuncias por infracciones a la ordenanza municipal. Ordenanzas que sancionan a los dueños de los perros que no recogen sus heces y las dejan en los espacios públicos. Se trata de competencias exclusivas de la Policía Local. Lo que sí pueden hacer los investigadores privados es recoger las pruebas de la infracción para ponerlas en conocimiento de la administración. Y será ésta última la encargada de incoar el correspondiente expediente sancionador e imponer, en su caso, la pertinente sanción.
Es cierto que alguien podrá decir que los detectives privados así contratados, se verán reducidos a una poco airosa misión. Básicamente un papel similar al de los vigilantes municipales de los estacionamientos controlados. Sólo que con otro cometido, más «higiénico». Pero no es un caso aislado.
El recurso a detectives privados no es un caso único
La presión vecinal y las quejas de muchos viandantes, ya han hecho que esta experiencia se haya ensayado en otros Ayuntamientos como Colmenar Viejo o Tarragona. Para más de un detective privado en Avilés, encargos como éstos son los devalúan a ojos del gran público una profesión que ya se ha enajenado su simpatía. Y que a, veces, hace que seamos vistos los detectives como los malos de la película. que Reducidos al papel de chivatos de faltas más o menos veniales, como dejase olvidado el truño de su mascota, es difícil que se nos tome en serio, arguyen.
Para otros sin embargo, no hay encargo pequeño. Y en este caso, los investigadores estarían facilitando el cumplimiento de las normas de convivencia más básicas. Las que permiten a los vecinos de un pueblo pasear tranquilamente sin temor a pisar ningún pastel de esos que ensucian habitualmente muchos espacios. El detective privado, nos cuentan, no es más – y nada menos – que un esforzado auxiliar de las fuerzas encargadas del cumplimiento de la ley. Y la función social de esta profesión, así como la preparación exigida para ejercerla, hace que los profesionales de la investigación privada puedan ser considerados fiables veladores del cumplimiento de esas normas de convivencia. Que no es poco. Juzguen ustedes mismos.