¿DESPIDO PROCEDENTE?
DETECTIVE PRIVADO EN ASTURIAS
En una región con una tasa de paro tan destacada como Asturias no es agradable hacerse eco de noticias que suponen un despido laboral, aunque haya acontecido en un lejano y pequeño pueblo de la región de Murcia. Nos referimos aquí a la ratificación judicial del despido disciplinario aplicado a una trabajadora de un colegio murciano, basándose en las pruebas obtenidas por un detective privado contratado por el centro.
Sin embargo, no puede ser ajeno a ningún detective privado en Asturias, solar histórico de profunda tradición sindicalista – hoy ya no tan pujante -, el hecho de que un despido disciplinario justificado supone, por lo general, la contratación de un nuevo trabajador. Es decir, que la averiguación de los hechos realizada por el detective, así como las pruebas obtenidas, han abierto la puerta seguramente a un nuevo empleo. Un parado menos que sale de ese ostracismo social, para recibir una oportunidad que quizá su predecesor en el puesto no supo valorar debidamente, a tenor de los hechos.
Y es que los hechos parecen no tener desperdicio. Y así, entre los considerados probados por el Tribunal Superior de Murcia, gracias a la acción investigadora del detective privado, hay algunos que no gozan de fácil justificación. Como la demostración de que la trabajadora despedida usaba las instalaciones de confección textil del colegio para realizar encargos propios, utilizando materiales de la empresa, y durante su horario de trabajo. O bien que ocupaba parte de su tiempo de trabajo en actividades incompatibles con el desempeño de sus funciones como costurera. Como hablar durante 25 minutos por el móvil o fumar en las instalaciones del colegio.
Todo esto gracias a las pruebas obtenidas por el detective privado mediante la instalación de una cámara en el centro de trabajo, realizada con todas las garantías legales. Complementada con la presentación y ratificación de su informe profesional ante la autoridad judicial. Y culminada la apreciación por parte de ésta de que los hechos antes descritos suponen un quebrantamiento de la confianza depositada en la trabajadora que justifica su despido. Procedente, desde luego. Y conviene destacar aquí que la conducta inconveniente aquí la protagoniza únicamente la persona investigada y no el detective privado, al que el papel de malo de la película no le encaja, pesa a lo que pretendan algunos.
La acreditación de las causas justificativas de un despido disciplinario es algo tristemente frecuente. Y por tanto una labor habitualmente realizada por los detectives privados en Asturias, en sus servicios a empresas, entre los que no deja de contarse la constatación de conductas de los trabajadores perjudiciales para la empresa, y su prueba ante la autoridad correspondiente para justificar las medidas que legalmente procedan.
